Cherán, Michoacán
En Cherán, la política de abrazos a los delincuentes no aplica: una turba se organizó para sacar de su vivienda a un presunto homicida, quien fue atado de manos y conducido hasta la plaza principal para ser asesinado.
De acuerdo con reportes de testigos y partes policíacos, la turba no espero el inicio de una carpeta de investigación ni que la justicia fuera pronta y expedita. Ellos la tomaron en sus manos.
Y es que la muerte de Santiago Sebastián, un comerciante de 69 años a quien apodaban “El Triangulito”, desató la ira de este pueblo que en 2010 se levantó en armas contra las bandas delictivas que estaban depredando sus bosques ante la impasividad del gobierno.
Desde entonces, en Cherán los partidos políticos no tienen cabida. Ahí, las autoridades que conforman el Concejo Mayor Comunal se eligen con voto a mano alzada, mediante asambleas celebradas en los cuatro barrios que conforman la localidad.
Tienen su propio gobierno y también sus propios métodos para impartir la justicia, como anoche, cuando tras la muerte de “El Triangulito” dieron con el presunto responsable, lo sacaron de su casa, ataron de pies y manos, y condujeron hasta la plaza principal.

Fueron unos 300 pobladores los que participaron en el ajusticiamiento de quien fuera identificado como Isaac Salvador, a quien previamente interrogaron para saber si había más implicados. Así salió el nombre de otro supuesto cómplice, José Antonio M., originario del municipio de Zamora y quien habría planeado asaltar al comerciante de Cherán y, en el atraco, lo hirieron de muerte con arma punzocortante.
La turba no tuvo piedad. Al hombre que atraparon y maniataron lo molieron a golpes.
Al parecer, el golpe letal fue en la cabeza y, hasta después de ello fue que dieron aviso a la Fiscalía del Estado para que enviaran personal a realizar el levantamiento del cadáver.
Cuando el personal investigador llegó, el cuerpo inerte seguía abandonado en la plaza, ese sitio donde desde hace 15 años los políticos tradicionales ya no pueden hacer campaña ni lanzar promesas a diestra a siniestra. En Cherán, también para ello, tiene ya sus propios métodos.