ESPECIAL.- La tragedia de Taesa: los últimos segundos



Staff/Reportero

Morelia, Michoacán, a 08 de noviembre de 2018.- La última voz que se escucha es la del joven copiloto Héctor Valdez, de 22 años de edad, reportando aquél 9 de noviembre de 1999 la fatal emergencia antes de la caída en picada del vuelo 725 de Taesa, en Uruapan, Michoacán, que dejó un saldo de 18 muertos. Nadie sobrevivió.
“¡Emergencia! ¡Emer…!”, fue lo último que captó la grabación que quedó registrada en la caja negra del avión modelo DC9-31, matrícula XATKN, con capacidad para 130 pasajeros.


A las 18:59 horas, cayó y explotó en una zona serrana a 12 kilómetros del Aeropuerto “General Ignacio López Rayón” en Uruapan , de donde acababa de despegar.
La aeronave había hecho escala en esa localidad aguacatera del estado, luego de haber salido a las 11:45 horas de Tijuana, Baja California, con destino a la Ciudad de México, haciendo escala también en Guadalajara.
La mayoría de los pasajeros había descendido en Guadalajara y Uruapan, por lo que al momento del accidente ya sólo viajaban 13 pasajeros y cinco integrantes de la tripulación (tres sobrecargos y dos pilotos).
Han pasado 19 años de la tragedia que enlutó a 18 familias, entre ellas la del músico alemán Christoph Zimmerman, quien radicaba en Guadalajara, y que provocó –en un hecho inédito hasta ese momento en la historia de la aviación en México- el cierre definitivo de operaciones de Taesa (Transportes Aéreos Ejecutivos S.A).
Se le considera el cuarto accidente aéreo más trágico en México, después del vuelo 605 de Western Airlines en la Ciudad de México en 1979, con 75 víctimas fatales; del vuelo 498 de Aeroméxico en 1986 –con 82 muertos, incluyendo 15 en tierra- ocurrido en Hermosillo, y el vuelo 940 de Mexicana de Aviación, ése mismo año en Maravatío, Michoacán, con 166 fallecidos.

Cinco meses antes de su desplome, el avión de Taesa había sido reportado por presentar fallas que ponían en riesgo a los pasajeros y la tripulación, de acuerdo con un informe de la Asociación Sindical de Sobrecargos de Aviación de México, difundido días después de la tragedia.
Entre otros problemas, había registrado fuga de aceite excesiva en motores, puertas que permitían la fuga de presión y presurización suficiente.
Alejandra Barrales, entonces líder sindical de los sobrecargos, denunció que los reportes de mantenimiento eran escondidos por la aerolínea para burlar los controles de autoridades aeronáuticas nacionales y estadounidenses.
Eduardo Cacho, portavoz de Taesa, reviró en esa ocasión a Barrales -quien después inició una ascendente carrera política hasta convertirse en candidata a gobernar la Ciudad de México en las elecciones de este 2018, postulada por el PAN, PRD y Movimiento Ciudadano-. No ganó. Se “despistó” en las urnas el pasado 1 de julio.

Barrales fue, después de la tragedia, secretaria de Desarrollo Social en el Gobierno de Michoacán, diputada de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, Senadora, Secretaria de Educación en la Ciudad de México y líder nacional del PRD.

“Estamos en posición de afirmar que la aeronave cumplía a cabalidad con las normas de mantenimiento y supervisión para transportar con seguridad a los pasajeros”, declaró Cacho a la prensa, en defensa de Taesa, en aquél noviembre de 1999.
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¡Uta! ¿Qué trae esta madre?
Un video con la recreación de los últimos instantes del avión de Taesa, concluye que el accidente fue por una posible falla mecánica combinada con la pérdida de sustentación debido a la inclinación que llevaba la aeronave.


“Según la investigación, el ángulo de ascenso muy alto que llevaba el avión, más el fallo de uno de los slats, llevó a que la aeronave perdiera sustentación y entrara en pérdida, sin poder recuperarse por la baja altitud”, refiere.
Aquí, parte del diálogo registrado entre el piloto, capitán Jesús José Gracián, de 36 años de edad y una experiencia de 5 mil 368 horas de vuelo, con el copiloto, el primer oficial Héctor Valdez, de 22 años y apenas 250 horas de vuelo.

       Copiloto: Estamos listos al despegue si es posible autorización.
       Torre de Control: Me repite.
       Copiloto: Estamos listos a despegar, Taesa 725.
      Torre de Control: 725 está autorizado para despegue. El viento es calma, llame cruzando 1-5000 por 2-3-0.
       Capitán: Sabes que lo que me va a hacer falta es el viraje, por donde es según esto.
       Capitán: Lo voy a llevar jalado.
       Copiloto: 80 nudos.
       Capitán: Positivo, tren arriba.
       Capitán: Retractadas y apagadas.
       Copiloto: Tren subió.
De acuerdo a esta recreación, basada en investigaciones de las autoridades aeronáuticas, para ese instante el avión “tenía la nariz un poco más elevada de lo normal”, indicativo –refiere el video- de que al parecer los pilotos querían llegar rápidamente a la altitud crucero.


       Capitán: Slats arriba, por favor.
       Capitán: Cuando slats arriba, 90 por ciento.
       Copiloto: Slats arriba.
       Capitán: ¡Uta! ¿Qué trae esta madre?
       Capitán: ¡Tenemos un slat! ¡Un slat! ¡Un slat!
       Capitan: ¡Un slat! ¡Un slat! ¡Un slat! ¡Tenemos un slat!
       Copiloto: ¡Tenemos un slat! ¡Emergencia!
       Capitán: Slat disagreement! ¡Slat disagreement!
       Capitán: No, ya no… ¡Slat disagreement!
       Copiloto: ¡Slat disagreement! ¡Emergencia! ¡Emergencia!
       Capitán; ¡Slat disagreement!
       Copiloto: ¡Emergencia! ¡Emer…!

Según esta reconstrucción, ése fue el último registro de voz de los pilotos previo al desplome y explosión del avión sobre una huerta de aguacate.

Expertos en aeronáutica asocian la palabra “slat” a un despliegue asíncrono de esta superficie alar. Es decir, que instantes después del despegue del avión de Taesa “uno de los slats no subió, provocando que un ala tuviera mayor levantamiento que la otra, ocasionando un banqueo incontrolable y desplome”.
El video, de 5.48 minutos, fue revelado por primera vez en Youtube el 23 de febrero de 2017, en un espacio dedicado a proyectar la recreación de accidentes aéreos en el mundo. 
Consulte video aquí: https://www.youtube.com/watch?v=zit_DSWxffs
Hasta el pasado 8 de noviembre dicho sitio –con 108 mil 160 suscriptores- acumulaba 203 videos de igual número de tragedias de aviación.

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La bitácora de vuelo
Algunos detalles del vuelo 725 de Taesa, en aquél fatídico 9 de noviembre de 1999, basados en la bitácora de vuelo:

11:45
Sale de Tijuana. Hace escala en Guadalajara, donde suben seis personas.

17:45
Llega a Uruapan, donde descienden 83 pasajeros.

18:57
Despega de Uruapan con destino al Distrito Federal (hoy Ciudad de México)

18:59
Cae y explota, a 12 kilómetros del aeropuerto de Uruapan. No hay sobrevivientes.

El avión
Modelo: DC9-31
Compañía: MacDonald Douglas
Vuelo: 725
Capacidad: 130 pasajeros
Matrícula: XATKN
Así lo dijo…
“(El accidente) nos consterno a todos porque pensamos (que) eso nos pudo haber pasado a cualquiera de nosotros tripulantes de Taesa, ya que sabíamos de la escases de mantenimiento a todas las aeronaves, especialmente a los DC 9 y los 727”.
Ex sobrecargo de Taesa
“El mantenimiento dejaba mucho que desear (…); la puerta de embarque no cerraba, había que hacerle maña para lograrlo, y así nos íbamos con el Jesús en la boca.
“Los pilotos eran obligados a salir a veces sin combustible suficiente para volar al aeropuerto alterno, y sin los 45 minutos de reserva adicional que marca la ley. Con todo y esto, los vuelos siempre iban hasta la madre de llenos; fuimos la aerolínea que más aterrizaba en Tijuana, desbancando a AEROMEXICO”.
Vicente Acero, ex sobrecargo de Taesa

Fuente: Testimonios tomados de las reacciones que ha generado el video con la recreación del accidente del avión de Taesa.



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